Conciencia nunca dormida,
mudo y pertinaz testigo
que no deja sin castigo
ningún crimen en la vida.
La ley calla, el mundo olvida;
más, ¿quién sacude tu yugo?
Al sumo hacedor le plugo
que, a solas con su pecado
Fueses tú, para el culpado
Delator, Juez y Verdugo.
Gaspar Nuñez de Arce.
(Poeta español siglo XIX)
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